miércoles, 30 de diciembre de 2009

"EL ARRADIO" EN LA COCINA





Cuando el señor Marconi decidió un día inventar la radio, supongo que ni por un momento le pasó por la cabeza, la influencia que dicho aparato iba a tener en la vida culinaria de los españolitos, no supuso jamás, que aquella "arradio" iba a oler a bechamel, sopa de cocido o las fragancias del etéreo bizcocho saliendo del horno.
Desde que mis neuronas fueron capaces de almacenar algún "bit", ( ahora está el disco duro a rebosar, pero "tomumezclaoydesordenao"), allá por los finales del 50 y principios de los 60, siempre aparece la imagen del Telefunken, en la cocina, con su rejilla negra y aquellas teclas blancas de sonido característico: la tercera tecla, es para la onda corta, me explicaban, es que esta "arradio" también tiene onda corta, y onda pesquera... ( para que sería aquello de la onda pesquera, si en Teruel, lo que se dice mar...como que no pescábamos apenas nada)... y es Alemán... eso ya eran palabras mayores, todo un estatus.
Lo primero que hicimos con el invento del señor Marconi, fue cambiarle el sexo, lo masculinizamos, y por supuesto, destrozamos el fonema ( buenos somos para eso los de Teruel), lo llamamos " EL ARRADIO", "pon el arradio" que dan el parte...eso era un telediario en condiciones, con sus señales horarias y su entradilla del himno nacional... si es que se han perdido las buenas costumbres...
Todos de pie, escuchando, mientras la olla exhalaba unos olores indescriptibles a cocido "por su sitio", allí estaba, estática, mayestática, como una reina, descansaba la olla, sobre la cocina económica de carbón.
Aquel lento chup-chup y aquellos aromas ruborizando mi pituitaria, mientras nos enterábamos de que de nuevo "paquito pantanos" había inaugurado un "idem"... y que decir de los discos dedicados: Precaución amigo conductor... La primera comunión de Juanito Valderrama...o aquello de billetes, billetes verdes...pero que bonitos son.. mientras mi madre introducía el cucharón en la olla y repartía aquella sopa de cocido... si existe el cielo, pienso, que debe ser lo más parecido a aquello...
"El arradio" estaba en alto, yo para verlo cara a cara y acariciar sus nacaradas teclas, me tenía que subir a una silla, lo miraba atónito, y me decía para mis adentros: algún día, yo haré uno como este, fue mi primer paso tecnológico, lo que vino después, a este respecto, ni os lo cuento...la fría tecnología, me engulló...¡"cagüén la tecnología"!... si lo realmente grande y excitante era lo otro: el aroma del cocido pululando por la cocina...
El superheterodino del señor Marconi, fue un gran invento, pero cuidado, no me desmerezcáis la aportación española o por lo menos Turolense al invento: aquellas repisas de madera, sobre las que descansaba el Telefunken y el estabilizador de tensión, (es que en aquella época teníamos los voltios "mudescontrolaos"), y aquellas, a modo de falditas de tela de cortina, que le hacían las mujeres, para cubrir las vergüenzas del superheterodino, eso si que fueron grandes inventos..."paquenoentreelpolvo", decían...en realidad era para que no se enfriasen los que hablaban desde los más recónditos adentros, de aquella caja mágica...


1 comentario:

Juan dijo...

Yo todavía me pongo la radio cuando estoy cocinando aunque en ocasiones no la escucho pero ¡¡acompaña!!.
Y si tengo el recuerdo de cuando era pequeño,que mi madre la tenia todo el día puesta y esas "radionovelas"en que las escuchaba haciendo ganchillo...