martes, 11 de octubre de 2011

MUI GASTROBAR - MADRID

Gastrobar MUI al lado del hermano mayor  La tasquita de enfrente


Carta de raciones y bocadillos y carta de vinos por copas y botellas




Tapa de ensalada de garbanzos
La gilda
Patatas bravas
Ensaladilla rusa
lechecillas

Buen día en Madrid, apetece andar, Gran Vía arriba, sin prisas, "los de provincias", como yo, cada vez que venimos a Madrid nos preguntamos, como se puede vivir con estas prisas, estas aglomeraciones y estos atascos...con el sitio libre que tienen ustedes en Teruel...

Cerca de la Gran Vía, en la calle La Ballesta, si, esa famosa por la existencia de lupanares, y rincones de canto a la lujuria, está el gastrobar MUI, hermano pequeño y fashion del famoso La tasquita de enfrente, todavía existe la prostitución callejera, uno tiene que sortear al menos 3 ó 4 "guapo vente conmigo", antes de sentarse en la banqueta de la barra del gastrobar, el olímpico Gallardón  no ha podido erradicar el oficio mas viejo del mundo, alli, cerquita de la hermosa Gran Vía, aunque me dió la sensación, que como siempre, cual sepulcros blanqueados, existe cierta permisividad a algunas horas, y a las horas más comerciales y de más afluencia a restaurantes, se ubican en la calle unos hombres de "Harrelson" como protectores del entorno y locales pseudo-fhasion que han proliferado por allí...en fin, nada nuevo.

A lo que íbamos, el MUI es otra muestra mas de la proliferación del efecto gastrobar, ente de difícil definición, pero que podría ser algo así como: local de decoración "fhasion", banquetas altas, raciones o tapas con mejor o peor fortuna, precios mas caros que un bar normal, y que suelen estar emparentados con un chef estrellado o establecimiento de más alta alcurnia...o algo así, la realidad es que el efecto se ha multiplicado...quizás también debido a que los chicos encorbatados, y de elegante maletín, que manejaban una visa que no era suya, la crisis les ha cambiado la mesa con mantel de lino por la alta banqueta del gastrobar.
El MUI esta situado al lado y emparentado con un clásico de buena cocina madrileña, La tasquita de enfrente, es un local mas largo que ancho, de los de pasen al fondo que hay sitio, tienen una carta no demasiado larga, puedes verla en la foto, con tapas sin alardes efectistas, más bien clásicas, resueltas de una forma digamos que bien, pero un tanto lejanas del sobresaliente, una gilda con una anchoa de buena calidad, pero muy pequeña, unas patatas bravas que me habían contado que eran las mejores de Madrid, va a ser que no, mas bien para mi gusto, mediocres, buena cocción con piel incluida, pero nadando en un caldo de pimentón, que para mí no es lo ideal.
También me habían dicho, que la ensaladilla rusa era la de la tasquita de enfrente, y que estaba situada en el top del ranking madrileño de las ensaladillas rusas, pues tampoco, mas bien normalita.
Las lechecillas tenían un toque dulzón, posiblemente miel, que si me agradaron.
El vino se sirve por copas, carta no demasiado extensa y con precios ni caros ni baratos.
El servicio amable y atento.
El precio con una caña y dos vinos 27 euros...es lo que hay, Gran Vía abajo "...y palpueblo" que somos de provincias.


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